El Real Valladolid da un paso mas.

La primera eliminatoria del play-off de ascenso a la Liga BBVA se decidirá en el Estadio Martínez Valero tras la victoria por 1-0 del Real Valladolid sobre el Elche gracias a un gol de Javi Guerra de cabeza a un centro medido de Barragán en el minuto 60, un resultado corto para los méritos del equipo blanquivioleta, que se mostró superior a un rival incómodo, trabajador y correoso que trató de llevar el partido al terreno de la lucha, mientras que el Pucela fue el único que quiso llevarlo al terreno del toque y el desmarque.
A fases el Elche consiguió anular las andanadas vallisoletanas y en otras lo pasó realmente mal para achicar el impulso local, empujado también por una grada que no aflojó nunca y creo un ambiente precioso para jugar al fútbol.
La buena defensa del Elche, que se empleó con la contundencia que le permitió el colegiado -sólo Héctor Verdés pagó en el minuto 84 con su expulsión la vehemencia general ilicitana- consiguió frenar a los vallisoletanos en el último tercio del campo, aunque generaron tres ocasiones de gol claras, al margen del tanto de Javi Guerra.

El propio Guerra tuvo en el comienzo del partido el primer gol en un disparo que sacó Carpio bajo palos, y las dos ocasiones más claras de gol fueron abortadas por el colegiado, que no tuvo su mejor tarde. Todavía con el 0-0, Mantecón paró -desde la grada pareció que con el codo- un disparo con marchamo de gol de Sisi, y ya con el gol en el casillero, en el minuto 68, Pérez Montero birló al Real Valladolid una pena máxima indiscutible sobre Óscar que debería haber costado además la expulsión de Pelegrín, que agarró el media punta blanquivioleta cuando le había regateado felinamente en el área. Un penalti de libro que el colegiado convirtió en tarjeta amarilla para Óscar. Increíble.

El caso es que por pitos o por flautas, la renta cosechada por el Real Valladolid fue mínima, pero en absoluto despreciable, porque un gol blanquivioleta en el Martínez Valero obligará al Elche, que esta noche tuvo en Zorrilla una producción ofensiva muy deficiente, a marcar tres goles a Javi Jiménez, que ni dormido ni despierto había soñado con un partido más tranquiloa en la noche de este jueves.

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